La lavanda es una planta fantástica para tener cerca: se ve bien, huele increíble y se puede cosechar para cocinar y hacer bolsitas. También es extremadamente fácil de cuidar, siempre que sepa cómo hacerlo. Siga leyendo para obtener más información sobre cuándo y cómo fertilizar las plantas de lavanda.
Fertilizar plantas de lavanda
La lavanda es una planta difícil de cultivar, aunque sus necesidades son en realidad muy simples. Pero una y otra vez los jardineros encuentran que los suyos mueren en ellos. ¿Por qué es esto? La mayoría de las veces, las plantas han sido cuidadas hasta la muerte.
La lavanda necesita muy poca agua para sobrevivir y, con frecuencia, los jardineros bien intencionados la ahogan y piensan que le están haciendo un favor. Y lo mismo ocurre con los fertilizantes.
Cómo y cuándo alimentar a la lavanda
Las plantas de lavanda realmente prefieren suelos pobres en nutrientes. Fertilizar demasiado la lavanda puede hacer que crezca un exceso de follaje y nunca florezca (en particular si el fertilizante para lavanda es rico en nitrógeno) o puede matarla.
Esto no quiere decir que la alimentación de las plantas de lavanda esté completamente fuera de discusión, es solo una cuestión de hacerlo bien. El mejor (y único) momento para fertilizar la lavanda es en primavera, al comienzo de la temporada de crecimiento. Lo mejor y más fácil de hacer es colocar una pulgada (2.5 cm) de buen abono alrededor de la planta. Esto debería proporcionar muchos nutrientes para el próximo año.
Alternativamente, puede alimentar a su lavanda con una pequeña cantidad de fertilizante de liberación lenta. Una vez que haya hecho esto, déjelo en paz. Fertilizar demasiado la lavanda puede dañarla. Tampoco fertilice en el otoño. Esto hará que la planta produzca un nuevo crecimiento tierno que solo se dañará o matará en el invierno.
Con la alimentación de plantas de lavanda, un poco realmente ayuda mucho.