Manejo de la humedad en un invernadero: aprenda a reducir la humedad del invernadero

Cultivar plantas en un invernadero ofrece muchas ventajas, como tiempos de inicio de semillas más tempranos, mayores rendimientos y una temporada de crecimiento más larga. El efecto simple de un espacio de jardín cerrado combinado con la luz solar concentrada crea un sitio de cultivo ideal. Sin embargo, la humedad a menudo puede ser un enemigo en tales condiciones. La condensación es un subproducto común de la humedad, los confines cerrados y las altas temperaturas, especialmente donde el exterior del invernadero se ve afectado por las bajas temperaturas.

La humedad en un invernadero es importante, pero su manejo es crucial para prevenir hongos y otros problemas. Aprenda a reducir la humedad del invernadero cuando sea necesario para prevenir problemas comunes de las plantas.

Información de humedad del invernadero

¿Es importante la humedad del invernadero? Bueno, dependiendo de lo que esté cultivando en su invernadero, la humedad puede ser necesaria o simplemente un efecto común. Algunas plantas, como la mayoría de los especímenes tropicales, necesitan humedad. Otras plantas, como muchas suculentas, desarrollarán pudriciones y hongos que pueden matarlas. Es importante mantener un cuidadoso equilibrio de la cantidad de humedad ambiental para cada tipo de planta.

¿Por qué reducir la humedad del invernadero? La primavera y el otoño son cuando los niveles de humedad aumentan más en los invernaderos. La luz solar aumenta la evaporación y la transpiración de la planta, que se mantiene como vapor dentro de la estructura. Por la noche, las temperaturas más frías provocan condensación que puede formarse como gotas en las hojas. Algunas plantas aman el aumento de la humedad en el aire, pero es una causa común de enfermedad fúngica.

Aquí es cuando la gestión de la humedad es más importante. La humedad en un invernadero promueve enfermedades como el tizón de la botritis y el mildiú polvoriento.

Cómo reducir la humedad del invernadero

La circulación del aire es fundamental para controlar la humedad ambiental. Puede aumentar esto mediante rejillas de ventilación, ventiladores y espaciamiento de plantas. Con una ventilación adecuada, puede reemplazar el aire interior húmedo por aire exterior más frío y seco.

Durante la noche, reduzca la temperatura de los calentadores para evitar la condensación que se forma por los rangos extremos de temperatura de frío afuera y cálido adentro.

Los ventiladores o sopladores son efectivos en casas sin ventilación. A menudo, estos se utilizan en temporizadores y funcionan junto con un calentador para mover el aire y mantener la temperatura constante. El uso de un humidistato puede ayudar a controlar la humedad del aire y mantenerla en niveles óptimos.

Una de las formas más sencillas de prevenir el exceso de humedad es evitar el agua estancada en el invernadero. Los charcos, el agua en platillos o bandejas se evaporarán y formarán gotas. El riego por goteo ayudará a dirigir el agua solo a las raíces, evitando el exceso de humedad. También evita que las hojas de las plantas permanezcan húmedas donde los patógenos fúngicos pueden reproducirse.

El espaciamiento de las plantas, los pisos con buen drenaje y los bancos de listones son otras formas de minimizar la humedad. Regar lo suficientemente temprano en el día para que se evapore el exceso de humedad también puede ayudar a controlar el problema.

El calor del fondo también es efectivo, ya que el aire caliente se eleva y crea movimiento de aire. Estas son formas económicas de controlar la humedad y, en la mayoría de los casos, proporcionarán un control adecuado.

Imagen de Dragoncello

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