El árbol del patio trasero que brilla con follaje rojo, naranja y amarillo en otoño es probablemente un arce. Los arces son conocidos por su brillante color otoñal, así como por la facilidad con la que “sangran” la savia. La tendencia de la especie a perder la savia de las heridas hace que los jardineros cuestionen la sabiduría de podar arces. Sin embargo, la poda del árbol de arce es una parte esencial del mantenimiento del árbol de arce. Es importante aprender a podar arces y elegir el mejor momento para podarlos.
Cuándo podar un arce
Muchos jardineros están confundidos sobre cuándo podar un arce. A fines del invierno, cuando los días son cálidos y las noches frías, la presión de la raíz hace que la savia fluya de cualquier herida hecha en la corteza del árbol. Esto hace que parezca que el árbol está sufriendo.
Sin embargo, la poda de árboles de arce en invierno generalmente no dañará a un árbol maduro. Tendría que quitar una rama entera para que la pérdida de savia impacte negativamente en un árbol completamente desarrollado. Sin embargo, si el árbol es solo un árbol joven, la pérdida de savia puede causar problemas.
Puede evitar este problema si espera hasta el verano para podar los arces. Una vez que las yemas de las hojas se abren, la savia ya no está bajo presión y no se filtrará por las heridas de poda. Por esta razón, muchos jardineros dicen que el mejor momento para podar los arces es en verano, después de que el árbol esté completamente en hojas.
Cómo podar árboles de arce
Los jardineros podan los arces por diversas razones. La poda regular del árbol de arce ayuda a mantener un árbol del tamaño deseado y evita que el árbol invada a sus vecinos.
La poda también ayuda al árbol a desarrollar una estructura de rama sólida. Quitar ramas con cuidado puede reducir o eliminar problemas estructurales en un árbol. También puede abrir el centro del árbol para permitir que el sol y el aire se muevan a través del dosel. Esto previene ciertos tipos de enfermedades.
Cuando poda arces, siempre es una buena idea quitar las ramas rotas, enfermas o muertas. De lo contrario, los hongos que producen descomposición pueden infectar partes sanas de los árboles.