Cosechando semillas de tomate: como guardar semillas de tomate

Guardar las semillas de tomate es una manera excelente de conservar una variedad que funcionó bien en su jardín. La recolección de semillas de tomate también asegura que tendrá ese cultivo el próximo año, porque algunos tipos son más populares que otros y se ofrecen cíclicamente. Es fácil guardar la mayoría de las semillas y proporciona un beneficio económico, ya que no necesitará comprar semillas para el año siguiente. También puede estar seguro de que la semilla es orgánica si cultiva y recolecta semillas de tomate usted mismo.

Guardar semillas de tomates

Guardar semillas de tomate es fácil, pero hay algunas cosas a tener en cuenta. Si cosechas semillas de tomate híbridas, ten en cuenta que son variedades desarrolladas, que no crecerán a partir de semillas el año siguiente. También es importante recolectar de cultivares sanos y libres de enfermedades, que producen bien. También es importante al guardar semillas de tomates para procesar y almacenar la semilla correctamente. Puede guardar semillas de cerezas, ciruelas o variedades grandes. No importa si el tomate es determinado o indeterminado, ya que se hará realidad a partir de la semilla.

Consejos para cosechar semillas de tomate

El proceso de cómo guardar las semillas de tomate comienza con un tomate maduro y jugoso recién salido de la vid. Recolecte las semillas de tomate al final de la temporada cuando la fruta esté madura y lista. Algunos jardineros simplemente abren el tomate y exprimen la pulpa en un plato u otro recipiente. La pulpa debe secarse y luego puede separar las semillas. Otro método consiste en enjuagar la pulpa en un colador o una pantalla.

Otro método más para salvar las semillas de los tomates requiere que la pulpa se coloque en un frasco de vidrio lleno de agua. Puede agitarlo y dejarlo en remojo durante cinco días. Quite la pulpa fermentada espumosa y las semillas estarán en el fondo del frasco.

La parte más importante del proceso de recolección de semillas de tomate es el secado. Si las semillas no se secan correctamente, se moldearán y todo su trabajo será infructuoso. Extienda la semilla sobre toallas de papel para absorber la humedad en un lugar cálido y seco. Guarde las semillas hasta la primavera en un frasco de vidrio limpio con tapa hermética. Las semillas deben almacenarse en un lugar oscuro para evitar que se estimulen sus fotorreceptores, que les indican cuándo es el momento de germinar. Pueden perder vigor o dejar de brotar si se exponen a la luz.

En la primavera, sus semillas de tomate guardadas estarán listas para plantar.

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