No es ningún secreto que involucrar a los niños en la jardinería puede tener efectos positivos duraderos. Desde una mejor conducta y ética laboral hasta una mayor motivación, los estudios han demostrado que los niños que participan en tareas relacionadas con el jardín en el hogar o en el aula pueden beneficiarse enormemente.
A medida que los estudiantes regresan al aula en otoño, o incluso para aquellos que pueden estar educando en el hogar, no hay razón para que el aprendizaje y el cultivo en el jardín tengan que cesar. La jardinería de otoño con niños puede ser una forma satisfactoria y satisfactoria de continuar enseñando el contenido del plan de estudios básico, así como de despertar el interés por la naturaleza.
Jardinería en otoño con niños
Para los cultivadores experimentados, el proceso de planificación de un jardín de otoño para niños puede parecer extremadamente simple. La jardinería en otoño con niños a menudo comienza en verano con la siembra y el trasplante de cultivos de hortalizas de otoño.
Las verduras cosechadas en el otoño incluyen muchas brassicas (repollo y sus parientes), así como verduras de hojas verdes como la lechuga y la espinaca. Estas verduras crujientes son ideales para ensaladas caseras y platos vegetarianos.
Muchas actividades de otoño en el jardín para niños implican el desarrollo de la paciencia. Aunque pocas cosas crecerán durante los meses de invierno en algunas regiones, prepararse para la temporada de cultivo de primavera en otoño puede ayudar a fomentar una mayor apreciación de los cambios de estación.
Limpiar el espacio de cultivo puede enseñar a los niños sobre la salud del suelo, así como los requisitos para el crecimiento de las plantas. La creación de un contenedor de abono o "granja de lombrices" puede ayudar a los estudiantes a comprender mejor cómo se producen estos nutrientes. El otoño también es el momento ideal para comenzar a rastrillar las hojas o trasladarlas al jardín para usarlas en la preparación de la cama.
Por último, pero ciertamente no menos importante, el otoño es un momento de observación. A medida que el clima comienza a cambiar, los niños pueden beneficiarse de llevar un diario lleno de cambios notados en las plantas y en el comportamiento de animales e insectos. Desde la migración de las mariposas hasta los cambios en el follaje de las hojas, la simple observación puede abrir la puerta a la curiosidad, mejorar el razonamiento científico y otras habilidades vitales necesarias para el éxito de por vida en el aula.