La podredumbre blanda es un grupo de enfermedades bacterianas problemáticas que causan problemas a los jardineros de todo el mundo. La pudrición suave de la lechuga es desalentadora y extremadamente difícil de controlar. Si su lechuga se está pudriendo, no hay cura. Sin embargo, puede tomar medidas para minimizar el problema y evitar que suceda en el futuro. Siga leyendo para obtener más información.
Acerca de las plantas de lechuga podrida
Para obtener una mejor comprensión, es útil reconocer los síntomas más comunes de la lechuga con la enfermedad de la pudrición blanda. La pudrición blanda de la lechuga comienza con pequeñas manchas de color marrón rojizo empapadas de agua en las puntas de las hojas y entre las nervaduras.
A medida que las manchas se agrandan, la lechuga se marchita y pronto se vuelve blanda y decolorada, a menudo afectando toda la cabeza. Cuando la lechuga se pudre, el tejido vascular colapsado produce hojas viscosas con un olor pútrido desagradable.
¿Qué causa la pudrición blanda en la lechuga?
La bacteria responsable de la pudrición blanda en la lechuga es transferida por el clima, insectos, herramientas contaminadas, restos de plantas infestadas y salpicaduras de agua de lluvia y aspersores. La podredumbre blanda en la lechuga es peor durante el clima húmedo.
Además, el suelo deficiente en calcio es con frecuencia un factor cuando la lechuga se está pudriendo.
Qué hacer con la pudrición blanda de la lechuga
Desafortunadamente, no existen tratamientos para la lechuga con podredumbre blanda. Deseche las plantas con cuidado y vuelva a intentarlo en un área donde el suelo no esté infectado por las bacterias. A continuación, se ofrecen algunos consejos para gestionar el problema:
Practica la rotación de cultivos. Plante plantas no susceptibles como remolacha, maíz y frijoles en el área durante al menos tres años, ya que la bacteria vive en el suelo.
Plante la lechuga en un suelo bien drenado. Deje suficiente espacio entre las plantas para aumentar la circulación de aire.
Haga analizar su suelo. Si es bajo en calcio, agregue harina de huesos en el momento de la siembra. (Su oficina de extensión cooperativa local puede asesorarlo sobre las pruebas de suelo).
Riegue por la mañana para que la lechuga tenga tiempo de secarse antes de que baje la temperatura por la noche. Si es posible, riegue en la base de la planta. Evite el riego excesivo.
Coseche la lechuga cuando las plantas estén secas. Nunca permita que la lechuga cosechada permanezca en el suelo durante más de 15 minutos.
Desinfecte las herramientas de jardín con regularidad con alcohol isopropílico o una solución de lejía al 10 por ciento.