Los agricultores saben desde hace años que los microbios son fundamentales para la salud del suelo y las plantas. La investigación actual está revelando incluso más formas en que los microbios beneficiosos ayudan a las plantas cultivadas. Los microbios en el suelo y asociados con las raíces de las plantas brindan multitud de beneficios, desde mejorar el contenido de nutrientes de nuestros cultivos hasta aumentar su resistencia a las enfermedades. Algunos microbios del suelo también son buenos para nosotros.
¿Qué son los microbios?
Un microbio se define generalmente como cualquier ser vivo que es demasiado pequeño para ser visto sin un microscopio. Según esta definición, "microbio" incluye animales microscópicos como nematodos junto con organismos unicelulares.
Por una definición alternativa, "microbio" significa sólo seres vivos unicelulares; esto incluye miembros microscópicos de los tres dominios de la vida: bacterias, arqueas (también llamadas "arqueobacterias") y eucariotas ("protistas"). Los hongos generalmente se consideran microbios, aunque pueden tomar formas unicelulares o multicelulares y producir partes visibles y microscópicas por encima y por debajo del suelo.
La vida microbiana en el suelo incluye seres vivos en cada uno de estos grupos. Un gran número de células bacterianas y fúngicas viven en el suelo junto con un número menor de algas, otros protistas y arqueas. Estos organismos juegan un papel importante en la red alimentaria y el ciclo de nutrientes dentro del suelo. El suelo tal como lo conocemos ni siquiera existiría sin ellos.
¿Qué hacen los microbios?
Los microbios en el suelo son extremadamente importantes para el crecimiento de las plantas y para el funcionamiento de los ecosistemas. Las micorrizas son asociaciones simbióticas entre las raíces de las plantas y hongos específicos del suelo. Los hongos crecen en estrecha asociación con las raíces de las plantas y, en algunos casos, incluso crecen parcialmente dentro de las propias células de la planta. La mayoría de las plantas cultivadas y silvestres dependen de estas asociaciones de micorrizas para obtener nutrientes y defenderse de los microbios que causan enfermedades.
Las plantas leguminosas como frijoles, guisantes, trébol y langostas se asocian con bacterias del suelo llamadas rizobios para extraer nitrógeno de la atmósfera. Este proceso hace que el nitrógeno esté disponible para uso de plantas y, finalmente, para uso animal. Se forman asociaciones similares de fijación de nitrógeno entre otros grupos de plantas y bacterias del suelo. El nitrógeno es un nutriente esencial para las plantas y dentro de las plantas se convierte en parte de los aminoácidos y luego de las proteínas. A nivel mundial, esta es una fuente importante de proteína que comen los humanos y otros animales.
Otros microbios del suelo ayudan a descomponer la materia orgánica de plantas y animales muertos y la incorporan al suelo, lo que aumenta el contenido orgánico del suelo, mejora la estructura del suelo y ayuda a las plantas a prosperar. Los hongos y las actinobacterias (bacterias con hábitos de crecimiento similares a los de los hongos) comienzan este proceso al descomponer materiales más grandes y duros, luego otras bacterias consumen e incorporan trozos más pequeños. Si tiene una pila de abono, ha visto este proceso en acción.
Por supuesto, también existen microbios del suelo que causan enfermedades y que afectan las plantas de jardín. La rotación de cultivos y las prácticas que fomentan el crecimiento de microbios beneficiosos pueden ayudar a suprimir la supervivencia de bacterias, hongos y nematodos dañinos en el suelo.